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III.51 SIRENE SANHA de 25 años con su hijo Ramoli recién nacido. ( 610 x 438 mm ) |
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III.52 DJUKÚ MANÉ amamantando a su primer hijo.LASSANA. ( 438 x 610 mm ) |
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III.53 SABADÚ CAMARÁ , 60 años, aseando a su nieto NANI CAMARÁ. ( 438 x 610 mm ) |
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III.54 KUMBA CASAMA a sus 22 años con su hija menor. ( 610 x 438 mm ) |
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III.55 NPOTI SAMATINE con su hijo menor. ( 610 x 438 mm ) |
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III.56 SONA DABO con su nieta DJONO CAMARÁ. ( 610 x 438 mm ) |
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III.57 CHENI CAMARÁ con su nieta DJONO. ( 610 x 438 mm ) |
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III.58 La gasolinera de TUMANI. ( 610 x 438 mm ) |
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III.59 SONA y SIRENE de 15 y 13 años cuidando a sus sobrinos. ( 610 x 438 mm ) |
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III.60 MUSSA CASAMA de 65 años con su hijo menor COMBANDEN. ( 610 x 438 mm ) |
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III.61 NENÉ SISÍ con su hijo DUU y sus amigas KUMBA y DJUKU. ( 610 x 438 mm ) |
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III.62 Los inseparables ALAYI y ENSA. ( 610 x 438 mm ) |
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III.63 El móvil de BUNKA. ( 610 x 438 mm ) |
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III.64 BUNKA y su horquilla. ( 610 x 438 mm ) |
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III.65 Un juguete extraordinario. ( 610 x 438 mm ) |
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III.66 FAMATA y sus amigos jugando al parchís. ( 438 x 610 mm )
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III.67 FAMATA y sus amigos. ( 438 x 438 mm )
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III.68 El desayuno de LASSANA . ( 610 x 438 mm ) |
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III.69 El almuerzo compartido de MÓNICA. ( 610 x 438 mm ) |
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III.70 Tubabu ¡ foto ! ( 1 ) ( 610 x 438 mm ) |
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III.71 Tubabu ¡ foto ! ( 2 ) ( 610 x 438 mm )
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III.72 Las madrugadas de ABÚ MANÉ. ( 438 x 610 mm ) |
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III.73 Entre dos mundos. ( 438 x 610 mm ) |
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III.74 Mi ayudante CANCHUNGO de 12 años. ( 438 x 610 mm ) |
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Podría haber nacido en el país de los “tubabus” pero nací aquí, en el poblado mandinga de Gambasse, en Guinea Bissau, en África. De madrugada, María Mané la matrona, empapada en sudor, cruzó el poblado en medio de una enorme tormenta de lluvia y estiró de mí. Poco después mi madre Sirene, me colocó en el único camastro de la casa envuelto en una gran sábana. Ese mes de agosto las gentes de mi poblado estaban alteradas por la llegada de un grupo de “tubabus”, por eso mi padre Nansu, pensando en alguno de ellos, me puso de nombre Ramoli.
A los “tubabus” se los distingue a primera vista: tienen la piel completamente blanca y siempre se les ve preocupados por los animales de la selva.
En mi poblado me siento seguro; todos cuidarán de mí. Mientras sea niño pasaré los días acarreando agua y jugando con los demás niños, y cuando sea mayor podré ayudar a mi padre a arreglar alguna de las bicicletas que pasan por aquí o ser pastor del rebaño de vacas de Kandio y beber alguna vez su leche mientras las ordeño.
Podría haber nacido en el país de los “tubabus” pero lo cierto es que nací aquí, y los únicos animales que me dan miedo son los mosquitos; muchos niños morirán por su picadura y yo no sé si seré uno de ellos.